sábado, 15 de noviembre de 2014

EFECTO DOMINÓ

EFECTO   DOMINÓ

Una vez me pasó una cosa que fue como un gigantesco efecto dominó que me ha pasado a mi trata del ballet y de una niña de tres años.

Pues fue cuando tenía tres años y estuve un montón de tiempo bailando para que vieran que me encantaba el baile y que quería que me metieran en una academia de ballet. Estuve dos años pidiéndolo, y al final al cumplir los cinco me apuntaron a la mejor academia del mundo: Belín Cabrillo.

En ella he aprendido ha hacer muchos bailes. Pero cuando vi hacer a unas chicas una pirueta en puntas, me encanto y quise hacerla. Entonces me regalaron unas puntas, y lo que hice fue ponerlas y en cuanto me las puse, intente hacer lo que ví y me hice un esguince.

Pero seguí intentándolo hasta que lo conseguí. Entonces la profesora de ballet llamada Ana, me dijo que siguiera intentándolo y que nunca me rindiera si es que quería avanzar varios cursos y que tuviera las mejores notas, para así poder graduarme en la gran academia de danza de Madrid, y poder bailar para el mundo entero y ser una gran famosa.


Y lo del efecto dominó es lo siguiente: Si no hubiera pedido que me llevaran a ballet, no hubiera podido ver a las mayores hacer la gran pirueta en puntas, si no hubiera visto la gran pirueta en puntas, no hubiera intentado hacerla, si no hubiera intentado hacerla, no me hubiera hecho ese esguince, si no me hubiera hecho ese esguince, no me hubiera propuesto seguir haciéndola hasta que me saliera, si no me hubiera propuesto ha hacerla hasta que me salieran, mi profesora Ana no me hubiera dado esa charla y si no me hubiera dado esa charla no me hubiera motivado y no hubiera avanzado dos o tres cursos de un tirón.

Y si no hubiera avanzado dos o tres cursos no estaría contando esta larga historia.




FIN

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